viernes, 6 de noviembre de 2009

SE MURIO UN MEDICO .........


SE MURIO UN MEDICO ..........

Se murió un Médico y se fue a las puertas del Cielo. Ya todo el mundo sabe que los Médicos por su honestidad siempre van al CIELO. San Pedro buscó en su archivo pero últimamente andaba un poco desorganizado y no lo encontró en el montón de papeles, así que le dijo: "Lo lamento mi querido Médico, no estás en la lista, no podemos hacer nada, aqui no hay vara, no entras definitivamente" .....................
De modo que el Médico se fue a la puerta del infierno, y alli le dieron albergue y alojamiento inmediatamente. Poco tiempo pasó y el Médico se cansó de padecer las miserias del Infierno y se puso a controlar la Administración, la cocina, hizo control sanitario de las carnes etc. Y bueno ........ Sabinston, Guyton y Harrison fueron su guía.
Con el paso del tiempo, ya tenían ISO 9000, sistema de monitoreo, aire acondicionado, inodoros controlados, escaleras eléctricas, equipos electrónicos, redes de telecomunicaciones, programas de mantenimiento predictivo, sistemas de control de laboratorio, sistemas de detección de incendios, y hasta la creación de una unidad de bomberos de última generación, asi como termostatos digitales, etc. etc. etc. y el Médico se hizo de muy buena reputación.

Un día DIOS llamó al Diablo por teléfono y con tono de sospecha le preguntó:

"¿Y qué me cuentas..... Cómo estan las cosas alla en el INFIERNO?"
¡¡¡Estamos de la puta madre!!! Tenemos ISO 9000, sistema de monitoreo, aire acondicionado, inodoros controlados, escaleras eléctricas, equipos electrónicos, muchas cabinas de Internet, etc.

Oye, anota mi nueva dirección de correo electrónico que es: eldiablofelizenelinfierno@infierno.com ...
Ah y te cuento .......... no sé cuál será la próxima sorpresa del Médico.
"¿Qué cosa?, Queeeee ¿QUÉ?! ¿TIENEN un Médico allí??" Eso es un error, nunca debió haber llegado ahí un Médico. Tu bien sabes Diablo que los Médicos siempre se van al CIELO, eso está escrito y resuelto ya desde hace muchos milenios. ¡Me lo mandas inmediatamente! ........... DEVUELVELO.
"¡Ni loco!. Me gusta tener un Médico de planta en la organización. Y me voy a quedar con él eternamente".
"Mándamelo o...... ¡¡TE DEMANDARÉ!!.. ."
Y el Diablo, con la vista nublada por la tremenda carcajada que soltó, le contestó a DIOS:

"Ah Sí?? ...y por curiosidad.. . ¿DE DÓNDE VAS A SACAR UN ABOGADO? si todos están aquí!!"
HAY QUE ENTENDER A LOS MÉDICOS, AMARLOS, BENDECIRLOS Y DARLE GRACIAS A DIOS POR HABERLOS CREADO!!
Recuerden que:

Un MÉDICO no es que sea prepotente, es que está rodeado de inútiles.

Un MÉDICO no tiene el ego muy grande, es que el cuarto es muy chiquito.No es que quieran tener la razón siempre, es que los otros siempre se equivocan.

Un MEDICO no es que carezca de sentimientos, es que los otros son unas nenas lloronas. Un MEDICO no tiene vida desorganizada, es solo que tiene un ritmo de vida particular.

Un MEDICO no ve el mundo, lo cambia.

Un MEDICO no es que sea un creído, es que los simples mortales no lo comprenden.

Un MEDICO no es un DIOS, es que los lactántes no hablan y no entienden nada los padres. Un MEDICO no es un crítico, es que los errores de la gente son muy evidentes.

Un MEDICO no es un inútil para hacer tareas cotidianas, es que para qué demonios gastar sus valiosas energías en bobadas y además un trapeador es una máquina muy compleja y no se puede configurar.

No es que el trabajo los absorba es que ............. de qué carajo estaba hablando?

Un MEDICO no comete errores, solo prueba si los demás estaban prestando atención!! No es que se crean la gran cosa, ES QUE LO SON!!!

Pero recuerden, ser tan cercano a la perfección tiene sus problemas así que los que no son Médicos comprendan nuestras almas que se encuentran entre la genialidad y la incomprensión.

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CARTA DE UN ABOGADO A LOS MEDICOS


Por suerte, esto está escrito por un abogado. Sería bueno que los responsables de las Sociedades Científicas se pusieran en contacto con él. Nos parece oportuno transcribir parte de este artículo publicado en el Diario El Cronista, hace aproximadamente dos años, por el Dr. Marcos R. Llambias (h), (apellido muy conocido entre los abogados argentinos)
"Ha tomado estado público la pesadilla que causa desvelos, cuando no infartos, a muchos miembros de la comunidad médica. Los juicios por mala praxis se han convertido en un provechoso recurso de subsistencia para muchos abogados ávidos de litigio, conocedores de las falencias del sistema. Los títeres del arte de curar, marionetas de obras sociales, hospitales y sistemas prepagos de atención, hospitales y sistemas prepagos de atención médica trabajan donde y como pueden. Su responsabilidad social hace funcionar las instituciones y su irresponsabilidad personal los lleva a exponerse inútilmente.
El día en que ellos, verdaderos médicos por vocación, dejen de pensar tanto en el paciente, en su capacitación profesional a cualquier costo, en las instituciones para las que trabajan, y tomen conciencia de lo mucho que arriesgan en cada acto médico, ese día la atención del país se paralizará.
Porque sólo un demente alguien que ha perdido la facultad de discernir entre la bondad y la estupidez, puede aceptar la responsabilidad de barajar una vida humana cuando un sistema perverso y carente en todo sentido no le brinda la seguridad y tranquilidad necesarias para trabajar como corresponde.
Porque el médico que asume la responsabilidad en un acto quirúrgico, que se somete al estrés de desplegar su arte sobre un paciente dormido, que asume la lucha contra la enfermedad ajena, que desafía a la muerte sabiendo que no siempre triunfará y que acepta hacerlo por la vergonzosa remuneración que el sistema le asigna, ese médico no es bueno, es estúpido, es alguien que consume toda su inteligencia en el cadalso de su ofrenda personal hacia un prójimo que no le reconoce el esfuerzo. Agotada su paciencia, ya no puede ver que un error, aunque involuntario, le puede costar su patrimonio, su bienestar, su salud.

Este suicida altruista figura en todas las cartillas de los sistemas prepagos de atención médica. Trabaja en los hospitales nacionales, provinciales o municipales, superado por un aluvión de pacientes que envejece haciendo colas y recibe atención francamente deficitaria. Deambula por clínicas y sanatorios juntando monedas para poder subsistir. Este médico, suicida por vocación, inteligente para el prójimo y descerebrado para sí mismo, bueno y estúpido a la vez, responsable ante la sociedad e irresponsable ante su familia, es la carne del cañón, el centro del blanco de la industria de la “mala praxis”.

Todo abogado sabe que en este sistema perverso, tan carente de recursos, tan manoseado por inescrupulosos enriquecidos a costa de la salud, el médico es el “hilo fino” más fácil de cortar, el candidato ideal para exprimir, el ingenuo más liviano de sacudir para rescatar las monedas que llevan en lo bolsillos.Lo que pocos se han puesto a pensar, es que ,en definitiva este ensañamiento médico, que no discrimina entre idóneos e incapaces, entre buenos y malos, decentes y envilecidos comerciantes, es fundamentalmente perjudicial para el paciente. La comunidad toda empieza a sufrir las consecuencias cuando el médico capacitado, con experiencia, con reconocido prestigio entre sus colegas, empieza a “esquivar” la patología difícil, esa donde arriesga mucho y gana poco. El médico que cuida sus espaldas, discrimina por necesidad. La comunidad toda sufre esta realidad, al verse privada de la idoneidad y la experiencia de sus mejores médicos. Porque los mejores,tambié n los más inteligentes, rápidamente ven la necesidad de dar un paso al costado para no exponerse.
Si bien es cierto que algunos médicos argentinos no están acostumbrados a responsabilizarse por sus acciones, también es cierto que la inmensa mayoría, no tendría que trabajar en las actuales circunstancias. Arriesgan mucho sin ganar nada. Porque si un cirujano tiene que afrontar un juicio por mala praxis, la demanda supera en miles de veces la remuneración de su trabajo. Una intervención $ 120 puede convertirse en un juicio de $120.000. Así las cosas, los sistemas prepagos de atención médica, circular mediante, solicitan a sus médicos fotocopia de la póliza de seguro suscrita. Ellos, al mejor estilo de Poncio Pilato, pretenden que el médico, con centavos que le asignan por su trabajo, contrate un seguro de “mala praxis”. De esta manera, los líderes de la medicina prepaga se cubren de los errores del servicio que dicen brindar.. Logran su cometido sin sacrificar un solo centavo de sus arcas.
Con los aranceles vigentes, ningún médico puede asegurarse contra “mala praxis”. Con temor a la “mala praxis”, ninguno puede trabajar como debería. El auge de este tipo de juicios no es culpa de los abogados.Ellos, que son muchos y deben subsistir, han visto las falencias del sistema que colocan al médico en la primera línea de fuego. Como frágil fusible de una máquina sanitaria en constante corto circuito, el médico salta y se quema. Gane o pierda, con o sin justicia, con razón o sin ella,el médico debe pagar.
La sociedad parece ensañada con los encargados de velar por la salud.Todos y cada uno debemos ser responsables de nuestros actos. Los errores deben ser asumidos y la impunidad desterrada. Estos grandes objetivos no pueden tener vigencia unilateral. La vida del paciente vale tanto como la del médico. Por el bien de todos, la legislación debe proteger tanto a uno como a otra"

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