HOMENAJE POSTUMO A MICHAEL JACKSON
He tenido que dejar pasar unos días para que la pena y la sensación de irrealidad den paso a la certeza que la noticia que recibí era verdad. Y aún así parece mentira al ver sus videos.
Se fue Michael Jackson y se fue como se fue Kurt Cobain en su momento, sin despedirse víctima de sus dolores, de sus demonios internos
Se fue Michael Jackson y se fue como se fue Kurt Cobain en su momento, sin despedirse víctima de sus dolores, de sus demonios internos
- Esos que a todos nos atenazan
- De esos dolores de alma
que se crean ante un padre abusador y una madre complaciente y pasiva nunca curados, heridas abiertas que no cicatrizan jamás.
Si fue o no un monstruo, un criminal, no lo sé…nunca lo sabré. Y ya no interesa, pues al ver ese inmenso legado musical deseo olvidar toda esa historia oscura detrás del músico innovador y bailarín excelente y revolucionario que fue.
No lo justifico, no lo juzgo pues no soy nadie para darme esa atribución… Más bien reafirmo siempre: admiré esa habilidad natural que tenía para dominar su cuerpo y separarlo de su voz cuando estaba en el escenario pues no se notaba diferencia en su voz en pleno baile mientras su cuerpo marcaba pasos increíbles, como entregaba todo de sí en todo lo que creaba con esa exigencia profesional y deseo de ser el mejor que sólo he visto en Gene Kelly.
Nunca olvidaré esas canciones que me acompañaron en mi propia lucha por llegar a ser adulto, mi propio soundtrack del que Michael Jackson formará parte siempre. En esas fiestas de promoción y horas de recreo donde se nos permitía escuchar música donde Jackson se hizo dueño indiscutible. Esas horas de videos con coreografías nunca antes vistos ni imaginados siquiera, que nos retaron a intentar a dar ese bendito paso lunar que causaba furor entre los chicos y chicas en las reuniones. Toda una generación que disfrutó esa genialidad musical y visual consternada hoy por lo que quedó pendiente para enseñarnos en su próxima gira, ahora no posible.
Ya adulta y habiendo sido parte de su generación, sabiendo que a lo mejor ya no tengo la suerte de volver a ver otro artista tan completo, me quedo recordando y escuchándolo en su infantil y bella canción “I’ll be there”, deseando agradecerle por lo que nos deja en lo musical, en la danza y decirle: Hasta siempre, pues en mi camino muchos años su música me sirvió de compañía y sé que seguirá acompañándome hasta que el destino disponga, pues Michael quedará siempre en la memoria de los que amamos la música y la danza como expresiones de la vida misma y que hemos hecho de ellas parte de nuestras propias vidas como forma de disfrutar la belleza que nos rodea aún cuando esa belleza sea regalo de un alma atormentada que sin duda era muy humana e igual a las demás almas de este mundo en su eterna búsqueda de esa anhelada felicidad y paz interior que deseo todos podamos encontrar un día.
Iliana R.
Si fue o no un monstruo, un criminal, no lo sé…nunca lo sabré. Y ya no interesa, pues al ver ese inmenso legado musical deseo olvidar toda esa historia oscura detrás del músico innovador y bailarín excelente y revolucionario que fue.
No lo justifico, no lo juzgo pues no soy nadie para darme esa atribución… Más bien reafirmo siempre: admiré esa habilidad natural que tenía para dominar su cuerpo y separarlo de su voz cuando estaba en el escenario pues no se notaba diferencia en su voz en pleno baile mientras su cuerpo marcaba pasos increíbles, como entregaba todo de sí en todo lo que creaba con esa exigencia profesional y deseo de ser el mejor que sólo he visto en Gene Kelly.
Nunca olvidaré esas canciones que me acompañaron en mi propia lucha por llegar a ser adulto, mi propio soundtrack del que Michael Jackson formará parte siempre. En esas fiestas de promoción y horas de recreo donde se nos permitía escuchar música donde Jackson se hizo dueño indiscutible. Esas horas de videos con coreografías nunca antes vistos ni imaginados siquiera, que nos retaron a intentar a dar ese bendito paso lunar que causaba furor entre los chicos y chicas en las reuniones. Toda una generación que disfrutó esa genialidad musical y visual consternada hoy por lo que quedó pendiente para enseñarnos en su próxima gira, ahora no posible.
Ya adulta y habiendo sido parte de su generación, sabiendo que a lo mejor ya no tengo la suerte de volver a ver otro artista tan completo, me quedo recordando y escuchándolo en su infantil y bella canción “I’ll be there”, deseando agradecerle por lo que nos deja en lo musical, en la danza y decirle: Hasta siempre, pues en mi camino muchos años su música me sirvió de compañía y sé que seguirá acompañándome hasta que el destino disponga, pues Michael quedará siempre en la memoria de los que amamos la música y la danza como expresiones de la vida misma y que hemos hecho de ellas parte de nuestras propias vidas como forma de disfrutar la belleza que nos rodea aún cuando esa belleza sea regalo de un alma atormentada que sin duda era muy humana e igual a las demás almas de este mundo en su eterna búsqueda de esa anhelada felicidad y paz interior que deseo todos podamos encontrar un día.
Iliana R.
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